La Esencia de lo Humano

El proyecto

El ser humano es un ser corpóreo y espiritual al mismo tiempo, tiene una parte física y otra metafísica. En la historia del pensamiento humano se tiende a pensar que la parte corpórea es la menos perfecta, pero gracias a su unidad sustancial con esa otra parte, identificada como alma o espíritu, el ser humano tiene la posibilidad de acercarse a la auto-perfección. Ahí radica la esencia de lo humano, en esa dimensión invariable y permanente que constituye su naturaleza misma y en la que Antoine de Sain-Exupéry interna a su Principito con la frase “lo esencial es invisible a los ojos”.

Hemos querido trasladar esta idea a través de nuestro programa, pero en lugar de comenzar con la dimensión más cercana y reconocible del ser humano, hemos optado por iniciar la andadura a través de nuestra esencia, desde lo más elevado.

Así, la actuación comienza con Northern Light de Gjeilo, Nada te turbe de Runestad, O Magnum de Busto e Even when he is silent de Arnesen; obras que sumergen a las voces en maravillosas y etéreas armonias, sonoridades que a pesar de su sutileza exponen al límite las tesituras de la voz humana. De esta forma, quedamos inmersos en esa dimensión suprasensorial del ser.

A continuación, damos paso a las Trois Chansons de Ravel, una obra que nos muestra sorpresa con sus cambios de compás, sutilidad armónica y rítmica, picantes disonancias, colorismo, caprichosas líneas melódicas… suponen la búsqueda de una nueva sonoridad y expresión sin salirse del marco tradicional. Y es que Ravel, es un lazo que une las nuevas y las viejas generaciones. Sus Trois chansons son nuestra elección para reflejar ese paso de lo divino a lo humano, donde se nos muestra lo apasionado, vehemente y trágico del ser, los delirios más elevados y también los que hunden al ser humano en la más profunda miseria.

La obra definitiva que nos da paso al último bloque es The Sounding sea. Según su propio autor, Eric William Barnum, “El mar que suena” actúa como un viaje hacia la tierra desde lo más profundo y desconocido del océano. Barnum evoca una dura travesía con grandes olas que chocan constantemente con el ser humano, atemorizándolo, exponiéndolo ante la inmensidad y la fuerza indómita de la naturaleza hasta que llega a tierra y se permite mirar las olas, esta vez fuera de peligro, escuchando el sonido del océano, sumergiéndose en el ritmo del incesante murmullo del mar.

Y es que a pesar de la crudeza en la que nos había introducido Ravel, el ser humano se encuentra con la naturaleza en estado puro. Esa naturaleza salvaje que Friedrich nos plasma en sus lienzos, pero en cuya inmensidad y grandeza, paradójicamente, encuentra la paz, cierra los ojos y se deja llevar, libera su mente para ser consciente tan solo de su propia respiración y con ello está agradecido.

Es el camino perfecto para desembocar en la sección final de nuestro programa, donde buscamos nuestras raíces culturales y naturales… sorprendentemente, este es el punto al que queremos llegar. Y es que, a pesar de lo corrupto del ser humano, la búsqueda de su esencia nos lleva a su autenticidad, desembocándonos en sus señas de identidad, en la reivindicación de lo autóctono… Mostramos así la esencia del hombre a través del folclore, la manifestación más ancestral y genuina del ser humano. El folclore se va a mostrar en nuestro concierto como adalid que ondea sobre la humanidad, como gurú que establece los lazos de la historia de las personas en el mundo, lazos que transmiten sensaciones artísticas que al discurrir de los siglos son la herramienta que mantiene el acercamiento entre los pueblos, sin distinción de fronteras, de lenguas dispares, de diferentes razas, de creencias religiosas distintas.

Así el círculo se cierra, ya que partíamos de una dimensión espiritual del individuo que se presagiaba como la dimensión mística y trascendental donde residía la esencia de lo humano, pero, finalmente, volvemos a encontrarnos con esa misma esencia en lo terrenal. No somos esa frivolidad en la que se arraigaba Ravel. Esa es la belleza de lo tangible, la magia de lo mundano… y es que, la esencia de lo humano, desde donde la contemples, es fascinante.

Programa